Adrián Crespo Millan: " Como en la vida, en el pádel hay días en los que no nos sale nada. Bolas que pueden resultar completamente fáciles se nos complican y no nos entran o golpeos que los tenemos completamente “dominados” dejan de estarlo y se nos encoge el brazo. Una vez detectemos este problema, lo que tenemos que hacer es cambiar nuestro estilo de juego a un estilo de juego mucho más conservador, en busca de recuperar la confianza que hemos perdido en estos golpes."
Es muy común ver estas situaciones y como los jugadores que lo sufren no cambian nada y siguen jugando exactamente igual con la esperanza de que las bolas entrando, y aunque alguna vez se consiga ese resultado, la gran mayoría de veces el resultado es el contrario.
Es por ello, que os damos 7 consejos para tratar de solucionar este problema cuando lo detectemos en nuestros partidos:
Jugar sin arriesgar
Cuando veamos que estamos faltos de confianza, tenemos que evitar el jugar bolas que conlleven riesgo y bajar el ritmo de esta. La clave en estos casos es jugar bolas en dirección diagonal, ya que hay más distancia hasta la pared de fondo y en el centro de la red, la altura es ligeramente menor.
Jugar más en paralelo
Si vemos que jugamos en diagonal, nos siguen llegando bolas y las seguimos fallando, un consejo es jugarlas en paralelo, para así complicar al rival el devolvérnoslas a nosotros y obligarle a jugar en cruzado.
Pasar las bolas con más margen de la red
Cuando estamos faltos de confianza, es muy probable que se nos encoja el brazo y nuestras bolas se queden en la red. Por ello, es recomendable jugar con margen y a una mayor altura de la red. Para evitar dejarles bolas fáciles al rival y que nos puedan atacar con más facilidad, es recomendable jugar a sus revés.
No expresar nuestro estado
Una de las cosas más comunes, tanto en padel como en otros deportes, es expresar nuestro estado de ánimo, tanto cuando nos estamos motivados como cuando estamos “fuera” del partido. En este último caso, si lo expresamos, estamos dando pistas al rival de nuestra condición y favoreceríamos a su manera de plantear el punto, cargando más el juego hacia nosotros. Además, podríamos hacer que se motiven algo más sabiendo que nosotros no tenemos confianza en nuestro juego.
Si conseguimos una bola complicada o un punto largo, jugar con cabeza la siguiente
Suele ser habitual también cuando pasamos por una mala racha el hacer un punto complicado o con algo de suerte (dandole a la red, sacar una bola “imposible”...) o tras un punto largo, creer que ya nos hemos recuperado, pensar que todo ha vuelto a la normalidad y jugarnos la siguiente bola. Lo que debemos hacer si conseguimos un punto así, es jugar la siguiente bola con mucha cabeza y con 0 riesgos, para tratar de volver a recuperar nuestro juego.
Hablar con el compañero
Cuando veamos que estamos faltos de confianza, tenemos que evitar el jugar bolas que conlleven riesgo y bajar el ritmo de esta. La clave en estos casos es jugar bolas en dirección diagonal, ya que hay más distancia hasta la pared de fondo y en el centro de la red, la altura es ligeramente menor.
Pensamiento positivo
En estas malas rachas, tenemos que tener en la mente siempre actitudes positivas y mentalidades favorables a la recuperación de nuestro juego. No tenemos que martirizarnos. Frases como “no me entra nada”, “perdemos seguro” y parecidas lo único que hacen es meternos aún más en nuestra crisis. En estos momentos, nuestra mente tiene que tratar de pensar en cosas como “esto lo sacamos seguro”, “tarde o temprano, acabarán entrando las bolas” o frases del estilo.